Testimonio - Hector Gaviria

Colombia es un pa�s bendecidopor su excelente ubicaci�n en Sur Am�rica, su poblaci�n hist�ricamente es de gentes muy trabajadoras. Sin embargo fuertes diferencias sociales y una grave exclusi�n pol�tica ha causado oleadas de violencia brutales que llevaron a que hace 60 a�os se iniciara un conflicto armado interno luego dela aparici�n de la guerrilla de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC y de otros grupos guerrilleros. Desde otra posici�n pol�tica, intervinieron tambi�n movimientos armados paramilitares de derecha que hundieron el pa�s en una crisis humanitaria de las m�s graves del mundo.

Una de las peores masacres de nuestra historia ocurri� en este territorio de selva tropical h�meda, en el a�o 2002, cuando en medio de combates la poblaci�n busc� refugio en la capilla y una bomba no convencional impact� el templo causando la muerte a aproximadamente 100 personas. El p�rroco y un grupo de la comunidad sobrevivieron caminando por d�as en medio de la selva. Caritas de la mano de la Iglesia local emprendi� una larga tarea de reconstrucci�n de la vida, la esperanza y el tejido social de esta comunidad y de muchas otras asentadas a lo largo de los r�os mientras la guerracontinuaba en el territorio dejando miles de muertos, desaparecidos y comunidades internas desplazadas. En diciembre del 2015, en un acto profundamente esperado y exigido por las comunidades afro descendientes de la zona lleg� unos de los l�deres dela guerrilla de las FARC para hacer un acto de reconocimiento de responsabilidad y petici�n de perd�n a las v�ctimas.

Hace m�s de tres a�os se inici� el proceso de di�logo entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC en Cuba,  y el acuerdo final fue firmado el 26 de septiembre de este a�o en Cartagena. Una de las mayores labores de Caritas en Colombia ha sido el acompa�amiento de las v�ctimas hacia la restituci�n de sus derechos. De hecho, fue Caritas y la Conferencia Episcopal quienes levantaron su voz en el a�o 1994 para exigir pol�ticas p�blicas para atender a una situaci�n que afecta a m�s de 6.000.000 de personas en Colombia actualmente, lo cual nos coloca como uno de los pa�ses m�s afectados en el mundo por este drama.

En otra regi�n de Colombia, frontera con Venezuela, se desarrolla una expresi�n muy compleja del conflicto por la multiplicidad de actores armados en el territorio y por el desaf�o que representa la frontera como tal. All� hemos unido esfuerzos con la Federaci�n Luterana Mundial para responder al clamor de las comunidades que necesitan protecci�n. Una l�der de una Asociaci�n colombiana de Mujeres resum�a de manera dram�tica el pasado de asesinatos constantes de campesinos en el territorio con la expresi�n. nos est�bamos quedando solas con nuestros hijos. Este territorio como otros de Colombia est� marcado por la presencia de minas antipersonales que han sido plantadas por grupos al margen de la ley. Colombia ocupa tristemente el segundo lugar en el mundo como pa�s afectado por minas antipersonales, y a�n si se avanza en el proceso de construcci�n de la paz posterior a los acuerdos firmados con la guerrilla de las FARC y si se logra llegar a acuerdos con otros grupos guerrilleros, el impacto de estas minas va a continuar al menos por una d�cada. Un sobreviviente de las minas antipersonales nos dec�a Caritas y la Federaci�n Luterana Mundial han sido nuestra mano derecha en procesos sociales y comunitarios, ellos han sido el motor que ha dado vida a la Asociaci�n de sobrevivientes de minas antipersonal.

Tenemos mucha esperanza en la fase de implementaci�n de los acuerdos de fin del conflicto armado firmados con la guerrilla de las FARC. Santo Padre, agradecemos vivamente su cercan�a con el proceso de construcci�n de la paz en Colombia. Sus oraciones y mensajes insistiendo en que no podemos perder esta oportunidad han llegado hasta las comunidades m�s apartadas de nuestro pa�s.